Aventuras y desaventuras nerdogeek


Hoy comencé un curso sobre Periodismo de Películas, Series, Comics y Cultura Pop. Sí, leyeron bien, y no, no es una estafa, es posta y es genial. Desearía que hace 10 años alguien me hubiera dicho que de hecho hay gente que puede vivir de eso, claro que no todos pueden hacerlo, pero estoy segura de que habría tomado algunas decisiones de manera muy diferente.

Una cosa de la que soy consciente es que no soy tan nerd como creo ser ni como muchos creen que soy. Pero nunca es tarde para aprender a ser más nerd aún. Soy una nerd orgullosa, o geek, como quieran llamarlo.

Mi mejor amiga de toda la vida últimamente se ha estado metiendo más en el cine de superhéroes y me ha estado preguntando por películas y comics. Mi pregunta tras eso fue, ¿dónde estuvo durante toda mi adolescencia? Es mi mejor amiga y la amo y ha estado toda mi vida de maneras incontables, pero ¿por qué su costado nerd no nació hace 15 años? ¡¿Por qué?!

Ser nerd en un pueblo imaginario del interior de Argentina no fue fácil, y no hablo sólo del bowling, ese es otro tema, sino de la accesibilidad. Obviamente en todo sentido la accesibilidad a cualquier tipo de material no era el mismo hace 15 años que hoy en día, pero yo la tuve aún más difícil.

Lo primero que conocí fue el animé. Gracias totales, Magic, siempre te llevaré en mi corazón. Todo mundo miraba Dragon Ball Z y Saint Seiya por aquellos tiempos, pero no todos seguían viendo día a día todo lo que vino después con el mismo fervor que yo lo hacía. El anime fue lo que me acompañó durante toda mi infancia y gran parte de mi adolescencia y fue lo me introdujo en ese maravilloso mundo de lo imaginario y lo extraño.


Apreta 5 para saltar


También hubo otras cosas menos orientales, los Power Rangers, Xena, Buffy, X men y claro todas las series infantiles propias de la época que aún hoy llaman a la nostalgia como Hey Arnold, Doug, y cómo olvidar a Sabrina, Salem sigue siendo uno de mis íconos preferidos del sarcasmo y cinismo y fue el nombre de mi amado gato.  Claro que durante todo este tiempo también existió Star Wars, El señor de los anillos, Harry Potter y un montón más. Pero nunca los llevé al día ya que para ver algo en el cine había que recorrer mínimo 150 kilómetros. No era una opción.

Un día descubrí la Lazer, una revista argentina que hablaba de animé, videojuegos y demás. Y eso abrió un poco más ese mundo a mí, pero no lo suficiente.

Fui creciendo y conocí un par de personas que igual que yo seguían encantados con ese mundo que a otros parecía puramente infantil. Corría el 2008 y mi por entonces novio y un amigo iban hasta un ciber al pueblo de al lado al nuestro (porque el internet era más rápido) y descargaban anime de youtube en capítulos divididos en 3 partes, y así fue como conocí Full Metal Alchemist, al día de hoy uno de los que está guardado en lo más profundo de mi corazón. Eran otros tiempos y estábamos tan alejados que había que ponerle realmente garra.



Por esa época comencé a tener internet en casa y descubrí el manga. Y como la eterna guerra entre libro y película, el manga le ganó la partida al anime. Y ahí llegó otra de mis obsesiones: CLAMP, esas malditas perras del mal que disfrutan de hacer sufrir a sus personajes y seguidores, y que son mucho mas que Sakura Card Captor.

Pero con internet también llegó otra cosa: los foros. En Foros DZ hice los primeros amigos con los que realmente compartía todas estas cosas y con los que podía ser un poco más yo misma, algunos de los cuales aún mantengo hasta hoy y he conocido personalmente (Hola, Mad).

Luego vinieron los comics. El primer comic que leí fue de Cassandra Cain como Batgirl. Mi amigo me hizo literalmente un cuadro sinóptico para entender las continuidades de DC. Y desde ahí no paré. Primero preguntaba que leer, y luego fui descubriendo cada vez más cosas por mí misma y desarrolle una nueva obsesión por la Batfamily y ese encanto infantil del anime se vio eclipsado por historias a veces más complejas y maduras, pero aunque fueran diferente seguían siendo parte de lo mismo.



Recuerdo mi emoción al ver a Batman y Superman interactuar tan casualmente en un comic que ni siquiera era de uno de ellos por primera vez. Sentí que había un mundo maravilloso por explorar, que si bien muchas veces me ha decepcionado, también me ha fascinado. 

Y llegamos a la época actual, o mejor dicho de los últimos años, donde ser el nerd que se ve todas las películas de superhéroes ya no es el mayor motivo de bowling. Donde finalmente están aceptando que existe un público femenino y que hay contenido para nosotras también. Son tiempos en los que mis compañeros de trabajo saben de mis gustos y me regalan una cortina de Batman o una taza de Deadpool en lugar de reírse de mí en los recreos.

Como le decía a mi mejor amiga ahora que está empezando esta nueva etapa nerd en su vida, me faltó todos esos años cuando sólo podía compartir mis gustos a través de una pantalla. Pero no lo cambiaría, porque esas experiencias me dejaron una marca y me hicieron apreciar aún más lo que me rodea.

En fin, aún tengo mucho por ver, leer y aprender, pero soy una nerd orgullosa.

PD: Mi perro se llama Akira (no por Toriyama, sino por un personaje de Clamp) y mi actual gato se llama Sherlock (obvio que por Holmes y mi serie preferida de todos los tiempos) – durante un tiempo tuve un cactus llamado Kamui, pero lamentablemente no sobrevivió–.




Comentarios

  1. aguanten estos rincones perdidos en la interné, carajo. banco ese ñoño's proud a muerte, carajo!

    ResponderBorrar

Publicar un comentario

Entradas más populares de este blog

Cortometraje: The maker.

La puerta de roble

Maléfica, salí al mundo exterior.