Cuando hablo

Cuándo elijo un libro de Murakami siempre me invade una sensación de aburrimiento, por más que al leerlo sea lo mejor que haya pasado por mis manos. No me aburre el autor, sólo es un prejuicio infundado. Mi sistema inmunológico recordándome que tengo una insana adicción a sus libros y, sobre todo, al olor a matecocido que me invade cada vez que abro por primera vez un libro de los suyos. Hoy, una vez más, les traigo una pequeña entrada sobre un nuevo integrante de mi biblioteca. 

Título: De qué hablo cuando hablo de escribir
Autor: Haruki Murakami 

Número de páginas: 320

Editorial: TusQuets
Precio actual: AR$ 389 U$s 22,23

En ésta ocasión no hay cuentos bonitos de la adorada ficción, es un relato autobiográfico de lo que piensa, siente y vive el aclamado autor Haruki Murakami a la hora de escribir. 

A través de once capítulos nos adentraremos en su mente, nos pondremos en sus zapatos y viviremos unas horas con los ojos del autor nipón que tiene convulsionado al mercado y a los lectores contemporáneos de todas las edades.

Murakami nos da sus opiniones del mundo de la escritura. Desde el primer capítulo relata la imagen del escritor contemporáneo y lo compara con sí mismo. Él no se siente especial ni demasiado inteligente para haber triunfado como lo hace, por lo que concluye que si él pudo escribir tantos libros y obtener buenos resultados, cualquiera que realmente se lo proponga puede hacerlo. Pero el mundo del escritor es un tanto cruel: la competencia, las duras críticas, los bloqueos, los editores, las ventas, los concursos, la soledad, la incomprensión... si se quiere ser escritor se tiene que tener en cuenta todo eso y más, lo que su libro aborda con pausa y sin prisa.  

También nos cuenta su historia, increíbles coincidencias, pensamientos y caminos que de algún modo se sintieron como un toque feérico, apareciendo sin aviso y cambiando su vida para siempre. Se considera muy afortunado y a decir verdad la suerte le ha sonreído en más de una ocasión según nos relata.

 

Murakami puro, respondiendo a las cosas que siempre le preguntan y no se anima a decir en público, aconsejando a cualquiera que quiera introducirse en el mundo del escritor sin que sus sueños perezcan en el acto. El concejo en el que más insiste: preservera y lee, lee mucho.