Mein Herz - Editorial Alpaca
Cerraba los ojos cada 20 segundos, pero no por eso dejaba de ver en la oscuridad. Si, todo era negro, pero al mismo tiempo él sabía dónde se encontraba cada cosa. Se sentía ciego de la negrura de la noche recalcada por sus pesadas cortinas púrpura. Estaba sentado en el suelo desnudo, frío al tacto. En ropa de dormir y descalzo. Todas las noches a las 3:22 de la mañana se despertaba y esperaba que aquél sin nombre propio ni rostro viniera a hablar con él. Aunque decirle 'aquél' sería algo difuso, no sabía exactamente qué era. No hablaba. Muchas otras ronroneaba o hacia ruidos guturales. Él le había puesto un nombre de todos modos. No sabía qué esperar todas las noches, pero siempre se sentaba y, en la oscuridad, imaginaba la forma de su visitante. -Hola- Dijo él primero cuando notó que algo cambiaba en el entorno, cuando comenzaba a sentirse observado. Y por la blancura, aquellos dos ojos que se abrieron se hicieron mínimamente visibles. Eran blancos hasta la pupila y estaba